17 de julio de 2008

No me he marchado aún

Inmersa en un mundo diferente

me encontraba en esa noche de diciembre

pero todo cambió de repente

la oscura noche se volvió gélida

con suaves brisas y una pálida luna

la cercanía de una mano

interrumpió mi concentración

pues tomó la mía

y la asomó a un corazón

ese ser angelical

tomó un papel de despedida

se acercó a mí

como nunca antes

me envolvió en un abrazo

pedía cariño y atención

ese instante conmovió mi alma

reubicó mi interior

lágrimas nacieron en mis ojos

no pudiéndolo evitar

gracias ángel mío

por estar aun allí

por abrigarme con tus alas

y conmover mi vida con la inocencia

innata en ti

disculpa todos mis afanes

que a veces me alejan de ti

mas tú te encargas de recordarme

que hay momentos como este

para compartir

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